“Ponme como un sello sobre tu corazón, como una marca sobre tu brazo; porque fuerte es como la muerte el amor; duros como el Seol los celos; sus brasas, brasas de fuego, fuerte llama” (Cant. 8:6).
Al contrario de lo que opina la mayoría, la Biblia no está en contra del sexo. Está en contra del mal uso de este maravilloso regalo del Creador para la humanidad.
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