“Defended al débil y al huérfano; haced justicia al afligido y al menesteroso. Librad al afligido y al necesitado; libradlo de mano de los impíos” (Sal. 82:3, 4).
Los Salmos y los Proverbios describen la experiencia de vivir con Dios en las situaciones comunes de la vida, no solo en momentos de adoración o durante otras actividades religiosas. Mientras que el libro de Proverbios ofrece una clase de sabiduría práctica, desde las relaciones y la familia hasta los negocios y el gobierno, Salmos es una colección de cánticos que cubren una variedad de emociones y experiencias espirituales, desde lamentos hasta alabanzas pletóricas, y todo lo que hay en medio. Es fácil ver que nuestra fe debe marcar la diferencia en cada aspecto y experiencia de nuestra vida, porque a Dios le importa cada aspecto de nuestra vida.
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