““Porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído” (Hech. 4:20).
Hay un poder inusual en el testimonio personal. Cuando nuestros
corazones se calientan por el amor de Cristo y somos cambiados por
su gracia, tenemos algo importante que decir sobre él. Una cosa es
compartir lo que Jesús ha hecho por otra persona. Otra muy distinta es
compartir personalmente lo que ha hecho por nosotros.
Comentarios