““Y dije: Dios mío, confuso y avergonzado estoy para levantar, oh Dios mío, mi rostro a ti, porque nuestras iniquidades se han multiplicado sobre nuestra cabeza, y nuestros delitos han crecido hasta el cielo” (Esd. 9:6).
Esdras y Nehemías llegaron a ser líderes en comunidades donde el matrimonio mixto con no israelitas pasó a ser la norma. Ambos dirigentes estaban muy preocupados por esto, ya que querían conducir a la nación a una estrecha relación con Dios.
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