“Por tanto [...] corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios” (Heb. 12:1, 2).
Las familias cristianas enfrentan desafíos culturales todo el tiempo. A veces las influencias culturales pueden ser buenas; sin embargo, la mayoría de las veces la influencia es negativa.
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